Tom es aún muy joven pero de momento no ha tenido mucha suerte, lo dejaron abandonado atado a un árbol y además estaba muy delgado, pero ya está recuperado. Aquí está aprendiendo a relacionarse con las personas y con otros perros, por lo que necesita un adoptante con el que seguir aprendiendo y cogiendo confianza. Se recomienda un hogar en el que no haya niños pequeños.